Pistas de aterrizaje ¿circulares?

Las pistas de aterrizaje circulares permitirían aterrizar y despegar con mayor facilidad, ya que evitan a los pilotos las maniobras por el viento.

 

El tráfico aéreo mundial de pasajeros se incrementó un 9.6% el pasado mes de enero, el mayor aumento en cinco años. Con subidas como esa, no es de extrañar que haya quien esté buscando posibles soluciones a la congestión que ya sufren aeropuertos de todo el mundo. Entre ellas se encuentra la del investigador y experto en aviación Henk Hesselink, del Centro Aeroespacial de Holanda, que apuesta por la creación de pistas de aterrizaje circulares para ampliar la capacidad aeroportuaria. 

 

The Endless Runway, nombre que, en español, vendría a significar "la pista sin fin", permitiría a los aviones despegar y aterrizar desde diferentes puntos de esta pista circular, con lo que el factor viento dejaría de ser importante, y los pilotos ya no tendrían que hacer nunca sus maniobras con viento cruzado –en estos casos, el viento dominante es perpendicular a la pista de aterrizaje, lo que exige del piloto mucha habilidad–.

 

Cuando eso pasa, “el avión no tiene que volar recto, sino que debe hacer una maniobra complicada respecto a la pista, que está siempre en una dirección fija”, explica Hesselink.

 

La forma de resolver ese problema es tan simple en su respuesta como complicada en su aplicación: construyendo pistas de aterrizaje circulares.

 

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Los pilotos podrían así decidir qué punto les es más favorable para tomar tierra teniendo en cuenta la dirección en la que sopla el viento en ese momento. La pista debería tener un diámetro de 3,500 metros y su longitud sería de diez kilómetros. Sería equivalente a la de tres pistas de aterrizaje de hoy. Asimismo, hasta tres aviones podrían aterrizar o despegar al mismo tiempo en una de estas pistas circulares.

 

Otra de las ventajas del proyecto es que los aviones podrían usar cualquier punto del círculo para despegar o aterrizar, lo que evitaría las maniobras que a menudo hacen los pilotos para colocarse en la misma dirección que la pista.

 

“Al estar en todas las direcciones, puedes volar directamente al aeropuerto al que te diriges y ser más efectivo”, dice Hessenlink. 

 

Este tipo de pista, al evitar a los aviones los intensos vientos cruzados, permitiría un ahorro en el consumo de combustible de los aparatos. Además implicaría una menor contaminación acústica: al existir la posibilidad de volar desde cualquier dirección y hacia cualquier dirección. 

 

Por muy futurista que suene todo, no sería la primera vez que se experimenta con algo así. La primera vez fue en 1919. Un intento más serio se desarrolló en los años 60, cuando aviones militares de Estados Unidos hicieron pruebas de aterrizajes en pistas de coches con una forma casi circular.

 

El desarrollo de esta idea supondría un cambio enorme respecto a la estructura arquitectónica de los aeropuertos actuales pues las salas de espera y los hangares de los aviones tendrían que estar dentro del círculo que forma la pista de aterrizaje. 

 

Este proyecto de la Comisión Europea tiene también la participación de institutos de Alemania, Polonia, Francia y España.

 

En VISE apoyamos los proyectos de innovación que faciliten el traslado de las personas. Y esperamos participar cuando se desarrolle en México.

 

Fuente: EFE, BBC, Muy Interesante.

 

 

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