Qué se toma en cuenta para pavimentar un autódromo

El mundo del automovilismo ha cobrado muchos fans en México, la velocidad y la adrenalina no son solo una moda, y el asfalto en las pistas es una parte básica de este mundo.

 

La construcción  de un circuito de velocidad preparado para albergar competiciones internacionales representa una obra de ingeniería de una increíble complejidad. El diseño del trazado exige una importante dosis de creatividad y un profundo conocimiento tanto de las técnicas de construcción, como de las de pilotaje. 

 

Las proporciones y las cotas de precisión de este tipo  de obras, hacen de ellas todo un reto, incluso para los profesionales más cualificados. Antes de iniciar la construcción de un circuito de velocidad se lleva a cabo un minucioso análisis del terreno sobre el que habrá de asentarse. Todos los estudios que se realicen van a marcar profundamente la fisonomía del proyecto.

 

Este tipo de instalaciones requieren un mínimo de 100 hectáreas de superficie. Sobre este terreno se realizan prospecciones geotécnicas, estudios hidrológicos, topográficos, meteorológicos, etc.

 

Uno de los exámenes más importantes es el meteorológico. Los índices pluviométricos que se registren en la zona impondrán el tipo de asfalto a utilizar, según el coeficiente de drenaje, la resistencia y otras características que se estimen necesarias.

 

El asfalto es un material aglomerante, muy adhesivo e impenetrable, resistente y duradero, que sirve de base para la mezcla con diferentes clases de áridos. En la actualidad hay una gran variedad de asfaltos, sin embargo, con ellos ocurre lo mismo que con los neumáticos, es decir, un asfalto con un gran coeficiente de adherencia a temperaturas elevadas, cuando llueve, no drena tanto como debería.

 

Los asfaltos que tienen mayor capacidad de drenaje, además de mucho más caros, son también extremadamente delicados y, cuando aumenta la temperatura, pueden perder algunas propiedades, ya que tienden a calentarse en exceso.

 

Sin embargo, el tipo de asfalto que se usa en los circuitos de velocidad no es diferente al empleado en cualquier carretera o autopista que, en principio, también deberían ajustar sus materiales de construcción a los mismos estudios.

 

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Quizá una diferencia significativa entre las pistas de los circuitos y las carreteras convencionales esté en la calidad de la subbase. Las capas de materiales que sirven de sustento al asfalto, pueden ser materiales y espesores muy diversos y vienen determinadas por el estudio geotécnico del terreno.

 

Pero la diferencia cualitativa más importante entre un circuito de velocidad y cualquier carretera está en el mantenimiento que recibe y las cotas de precisión con las que se construye el trazado. 

 

El asfalto de un circuito dura entre ocho o diez años, durante ese tiempo se limpia periódicamente para eliminar la goma que se le ha ido pegando y que le resta buena parte de sus cualidades. Sin embargo, hay algunos factores que pueden obligar a reemplazarlo antes, por ejemplo, si se rompe un motor y sobre la pista se derrama el aceite del interior, ya que éste es un líquido que corroe el betún del asfalto, de ahí los parches que se ven en algunos trazados y carreteras.

 

 

Fuente: El Mundo, noticiascoches.

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