Cadena de suministro para la reapertura del sector

 

Juan Carlos Pedraza Reyna

Integrante de la Comisión Técnica de Apoyo al Ejercicio Independiente del Colegio de Contadores Públicos de México.

 

La reactivación del sector construcción requiere una planeación estratégica que contemple socios comerciales dispuestos a hacer sinergia, ya que el arranque de actividades deberá estar asociado a una cadena de suministro efectiva que permita responder con prontitud a las necesidades de productos e insumos para el desarrollo de infraestructura.

 

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi, 2020a) publicó los indicadores de las empresas constructoras el 24 de abril de 2020, en los que se registra una caída del 0.7% en el valor de la producción generada por dichas empresas en el mes de febrero de 2020 respecto al mes anterior, debido a la suspensión de actividades por causa del Covid-19 en México, y vislumbra una reactivación del sector a partir de la segunda mitad de mayo.

 

La construcción es primordial para nuestro país, ya que proporciona elementos de bienestar para la sociedad al desarrollar infraestructura como carreteras, puertos, escuelas, presas, viviendas y hospitales, sin olvidar lugares de esparcimiento como hoteles, cines, parques y teatros.

 

Este sector utiliza insumos de diferentes sectores e industrias, como acero, hierro, cemento, arena, aluminio, cal y madera; por este motivo, es un gran motor de la economía de un país y beneficia a diferentes ramas de la actividad nacional, sin olvidar que en él labora una gran cantidad de personas. Sin embargo, hasta la primera mitad de mayo se habían perdido 231,793 empleos del sector (González, 2020).

Respecto al producto interno bruto nominal (PIBN), el sector representó el 7.2% del total durante el cuarto trimestre de 2019, con un importe de 1,693,507 millones de pesos (según el Inegi).

 

La reactivación de una actividad de tal magnitud requiere una planeación estratégica que contemple socios comerciales dispuestos a hacer sinergia, ya que el arranque de actividades deberá estar asociado a una cadena de suministro efectiva que permita responder con prontitud a las necesidades de productos e insumos para el desarrollo de infraestructura.

 

Se habla no sólo de retomar actividades en el sector construcción. Existen proveedores nacionales que probablemente no comenzarán a operar a la par de las empresas más desarrolladas, las cuales a su vez dependen de proveedores con mucho menor desarrollo. Aunado a esto, debe considerarse que los inventarios en muchos casos no estarán en los puntos de reorden adecuados, lo que provocará escasez de insumos. Tampoco hay que olvidar que existen productos de importación que permiten el desarrollo o conclusión de las obras de construcción, y ante el panorama provocado por el Covid-19 en el plano internacional, el atraso en el arribo de tales productos e insumos podría ser mayor del esperado. De tal forma, las construcciones que están por iniciarse, las que se encuentran en proceso y las próximas a terminarse sufrirán modificaciones en las fechas para obtener la carta finiquito y liberación de las obras.

 

La Organización Mundial del Acero, que representa a cerca de 150 productores de este material (entre ellas las 17 empresas acereras más importantes del mundo) y cuenta con una participación del 85% en la producción global, informa que en el segundo mes de 2020 México redujo en 1.34 millones de toneladas su producción de acero bruto, un 19.3% menos en comparación con febrero de 2019. Este insumo indispensable para el desarrollo de muchas obras también tendrá que ser “activado”, y podría darse un déficit en el surtido.

medidas preventivas transportistas

Diversos sectores asociados a las grandes cadenas de valor detuvieron sus operaciones, lo cual se suma a la incertidumbre y volatilidad generada por la emergencia sanitaria y provoca moderación en las inversiones.

 

Sin duda, los sectores de la construcción y el acero requieren una logística y una cadena de suministros perfectamente proyectada para cumplir con la planificación, la ejecución, la terminación y la recepción final, y lograr que todos los intermediarios faciliten el trabajo diario. Mover materiales, comunicarse con proveedores, administrar bodegas, planificar, programar y controlar la utilización de dichos insumos es el reto ante esta nueva etapa de reactivación.

 

Aparte de cumplir con las condiciones y la normatividad aplicable para el retorno a las actividades indicadas por las autoridades federales de México, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción ha difundido en su página web el protocolo de regreso seguro a las obras de construcción, documento que tiene como objetivo proporcionar la máxima seguridad a los trabajadores de la industria de la construcción y su cadena de valor con apego a las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud y la Secretaría de Salud; el protocolo se puede consultar en https://www.cmic.org.mx/covid19/protocolo_regreso_a_las_obras_de_construccion_2020_2.pdf.

 

La cadena de suministro en este nuevo arranque deberá contemplar algunos ajustes, como los siguientes:

 

  1. Analizar, integrar y planear debidamente los procesos desde las compras hasta el cliente final.
  2. Realizar una reestructura de territorios, zonificar geográficamente.
  3. Ajustar la ruta crítica o técnicas de revisión y evaluación de programas (program evaluation and review techniques PERT) y el software correspondiente a las nuevas condiciones, tiempos y necesidades.
  4. Establecer comunicación eficaz y asertiva con proveedores para conocer de manera veraz los tiempos de entrega para eliminar contratiempos. Deberá ponerse especial atención en este punto, debido a que ante la escasez de flujo de efectivo muchos proveedores trataran de tomar el pedido y obtener el pago correspondiente sin prever los tiempos de surtido y entrega.
  5. Durante la reactivación, flexibilizar los embarques e incluso considerar la baja eficiencia de carga priorizando la carga de contenedor completo.
  6. Continuar con la evaluación de proveedores pero también otorgar retroalimentación y evitar en lo posible las penalizaciones, ya que estos proveedores también se están reactivando económicamente.
  7. Revisar los materiales al recibirlos, ya que durante la contingencia quizá se volvieron obsoletos o caducos, o bien perdieron sus propiedades por un posible almacenaje prolongado.
  8. Verificar el estado de los equipos y sus condiciones, pues estuvieron sin funcionar por un tiempo prolongado; lubricarlos, revisar los niveles correspondientes y en general hacer una revisión antes de ponerlos en operación.
  9. Tener lealtad con los proveedores, recordar que son nuestros socios comerciales y quienes suministran lo que se requiere para lograr la operación diaria.
  10. Pagar a los proveedores de manera puntual y dentro de los periodos establecidos de crédito; si es necesario, ajustar estos periodos y mantener comunicación entre las áreas financieras de ambas compañías para establecer nuevos vencimientos.
  11. Disposición y apertura del departamento de servicio al cliente, ya que durante el arranque existirán tropiezos que provocarán quejas de los clientes y exigencias a los proveedores, por lo que esta relación es vital para las operaciones que se realizan.

 

No debe olvidarse que la reactivación y reapertura consta de tres etapas. La primera comienza el 18 de mayo de 2020 en los municipios que no cuentan con contagios y que tienen colindancia con municipios libres de Covid-19. La segunda va del 18 al 31 de mayo, y se considera como la preparación para la reapertura; en este periodo se encuentra el sector de la construcción, considerado como actividad esencial.

 

Por último, la tercera etapa se fijó a partir del 1° de junio, según el semáforo difundido por el gobierno federal.

 

Durante la segunda etapa se realizarán procesos de reclutamiento y selección de capital humano y, casi simultáneamente, los procesos de inducción y capacitación para iniciar las actividades de preparación, inicio, continuidad o término de obras que permitirán generar empleos y flujo de efectivo.

 

No hay que olvidar cumplir con la dotación de equipos de sanidad y seguridad; mantener y difundir claramente la distancia en las zonas de trabajo y adoptar las recomendaciones de la CMIC respecto a los horarios escalonados del personal de operación para evitar algún posible nuevo brote de Covid-19.

 

Este nuevo esquema económico y de operación no sólo se aplica al sector de la construcción, sino también al de manufactura y servicios; sin duda pone a prueba y reta la flexibilidad de las cadenas de suministro y sus elementos ante las nuevas maneras de proveer, almacenar, producir, distribuir y cubrir expectativas de los clientes finales en el tiempo, cantidad y calidad acordados al menor costo.

 

Los pilares fundamentales para lograr una cadena de suministro eficiente ante esta reorganización de las operaciones diarias son tres: la gente, los sistemas y los procesos, para poner en práctica estas nuevas condiciones, y reiniciar y establecer indicadores relativos ellas, a fin de alcanzar los niveles de satisfacción de los clientes.

 

Referencias

 

González, Luis Miguel (10 de mayo de 2020). Covid-19: se perdieron 707,000 empleos entre el 18 de marzo y el 28 de abril. El Economista. Disponible en: https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Covid-19-se-perdieron-707000-empleos-entre-el-18-de-marzo-y-el-28-de-abril-20200510-0078.html

Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Inegi (2020a). Indicadores de Empresas Constructoras. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/app/saladeprensa/noticia.html?id=5653

Inegi (2020b). Producto interno bruto a precios corrientes. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/notasinformativas/2020/pib_precr/pib_precr2020_02.pdf

 

Texto publicado en: Revista Mexicana de la Construcción RMC 643, abril 2020, página 12-15. Disponible en https://issuu.com/helios_comunicacion/docs/rmc_643_27may_

Reporte VISE 2020

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