La conservación de caminos y carreteras tiene como objetivo garantizar un tránsito seguro y ameno para los conductores. Conoce más sobre su importancia en el artículo de hoy.
Antes de hablar sobre lo importante que es la conservación carretera, resulta prioritario entender la relevancia de los caminos, autopistas y otras vías de comunicación terrestre para las personas; y ésta engloba el acceso a más servicios y recursos para quienes habitan una misma zona o región.
Construir caminos y carreteras implica hacer una inversión en el presente para cambiar el futuro, pero es gracias a su conservación que los resultados pueden verse reflejados antes de lo esperado. Hay que considerar que toda obra de infraestructura demanda atención y mantenimiento permanente para estar en buenas condiciones y ser transitable durante todo el año.
Tanto caminos como carreteras sufren de un deterioro permanente, el cual sucede por distintos agentes (en su mayoría relacionados con la naturaleza), por ejemplo, el agua, la gravedad en taludes y el propio tránsito de vehículos. Todos ellos inciden sobre la obra en mayor o menor medida.
Sin importar su origen, el deterioro de una camino o carretera tiene diferentes etapas; las cuales van desde una etapa inicial (desgaste lento y poco visible), hasta llegar a una etapa crítica en la que las condiciones para hacer uso de la infraestructura son muy poco viables.
Es muy importante destacar que la conservación de caminos y carreteras es una acción que debe ser periódica, y es que el camino va experimentando un proceso de desgaste y debilitamiento lento, principalmente en la superficie de rodadura. A este tipo de situaciones no se les puede restar importancia, ya que es la única forma de prevenir un desgaste mayor en los proyectos.
Siguiendo las recomendaciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) es necesario realizar lo siguiente en materia de conservación carretera:
En lo particular, un proceso de conservación rutinario puede abarcar lo siguiente: limpieza de la carretera o autopista (incluido el levantamiento de material causado por pequeños derrumbes); reparación localizada de pequeños defectos en la superficie de rodadura de la obra; mantenimiento a los sistemas de drenaje y control de la vegetación, sobre todo si propicia accidentes.
Por su parte, el proceso de conservación periódica implica: restablecimiento de las características iniciales de la superficie de rodadura (mezcla asfáltica y pavimento), reparación general de la obra y de los sistemas de drenaje, en caso de requerirse.
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Fuente: Guía de Procedimientos y Técnicas para la conservación de carreteras en México; publicado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
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