Cuando se comenzaron a construir las primeras obras de infraestructura carretera en nuestro país, el objetivo era comunicar a las principales ciudades con la capital mexicana (desde ahí se movía toda la economía del país). En la actualidad la construcción de carreteras, puentes y libramientos se ha descentralizado, lo cual ha propiciado un desarrollo económico e industrial en el centro, norte y sur del país.
Actualmente la Red Nacional de Carreteras, traslada anualmente aproximadamente el 55% de la carga nacional y más del 95% de los pasajeros en México.
No debemos perder de vista que la infraestructura carretera favorece la entrega oportuna de bienes y servicios, promueve actividades y la generación de empleos. Además, es un agente para el desarrollo socioeconómico y eleva la competitividad de las regiones que comunica.
A partir de información de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (2017), el sector carretero genera más de 5 millones de empleos. Su efecto multiplicador se resume en que de cada 100 pesos que se destinan a la construcción, 43 pesos se emplean para la compra de servicios y materiales que se ofrecen en ramas económicas que integran la misma cadena productiva del sector.
En los últimos cinco años en México se construyeron casi 9,000 kilómetros de carreteras. Los cuales fortalecieron la red para el transporte de mercancías, pasajeros y demás actividades comerciales.
Hoy en día, las carreteras más importantes debido a su ubicación y número de personas que las utilizan son: México-Puebla, México-Querétaro, México-Cuernavaca y la México-Nogales. Claro que algunos caminos y carreteras más pequeñas que se derivan de éstas son trascendentales para la economía de las regiones donde se localizan.
La inversión que se realiza para la rehabilitación y mantenimiento de la infraestructura también es prioritaria, ya que gracias a ésta es posible mantener en buenas condiciones varios kilómetros de carreteras federales. Aunque también es posible la intervención de Asociaciones Público Privadas (APP) para dichos fines.
Los libramientos son una opción para desahogar el tráfico de una ciudad o población para evitar su paso por ésta, evitando la saturación de sus vialidades. En el caso de que los conductores no tengan un motivo específico para visitar la ciudad pueden optar por un libramiento y así evitar retrasos en el itinerario.
Los puentes, viaductos o pasos se construyen con la finalidad de conectar dos lugares, que pueden llegar a ser incluso ciudades o estados o simplemente dos puntos específicos relativamente cercanos entre sí. Como un aspecto muy particular de México, el levantamiento de algunos puentes atirantados en espacios de difícil acceso ha dado como resultado verdaderas obras de la ingeniería civil, las cuales además de su belleza han resultado funcionales, seguras y reducen el tiempo de traslado.
No podemos perder de vista que en el último año, México descendió 5 lugares en el índice de competitividad mundial por la calidad de su infraestructura en comparación con la posición que obtuvo un año atrás. Diferentes rubros registraron un retroceso, por ejemplo, la infraestructura ferroviaria pasó del sitio 59 al 65, y la portuaria lo hizo del lugar 57 al 62. El único rubro que avanzó fue el carretero.
Los retos para este sector serán que la calidad de la infraestructura carretera siga avanzando, siempre bajo los estándares y parámetros internacionales. Lograr dicho objetivo requerirá de la modernización de algunos ejes troncales, además de la construcción de más obras y accesos para las ciudades. Aspecto en el que tanto el sector público como el privado deberán trabajar de manera conjunta y de la mano.